Quizá uno de los aspectos que más se repite en los sistemas jurídicos y políticos en el mundo, tiene que ver con la libertad. Estados Unidos enmarca este concepto con una estatua que advierte a los viajeros el tipo de ideología que impera en dicha demarcación territorial. Sin embargo, la realidad es que la libertad se ha quedado postrada en ordenamientos jurídicos o en discursos de políticos, puesto que la autonomía en la decisión, versa casi exclusivamente sobre el consumo. Ante ello, en este pequeño ensayo cuestiono qué tanto somos dueños de nuestro discurso, así como el grado de responsabilidad que tenemos frente a ello.
