El entendimiento sobre lo que el Derecho implica, se encuentra en franca decadencia. Las numerosas teorías que pretenden describirlo, parten de un conocimiento autorreferente que se aleja de las prácticas sociales. En ese sentido, en el presente ensayo me propongo demostrar la importancia que tiene la literatura, como el sitio desde donde el otro habla. De esta forma, se partirá de un lenguaje centrado en la norma, a uno que se adentre en los intersticios del ser.
En una nueva colaboración con la Revista de Juicios Orales, ORIS PRUDENS, tuve la oportunidad de abordar la relación que guarda el derecho y la literatura.